Muchas personas dicen que me admiran por mis palabras. Pero
todas esas palabras que comparto con vosotros, no son mías, sino que son de la
Vida (con mayúscula). Yo simplemente me he convertido, a través de los años y
gracias a mi experiencia personal y profesional, en una auténtica antena de
radio que está en la frecuencia adecuada para recibir y transmitir toda esa
información. Nuestra mente funciona por frecuencias, si aprendemos a cuidarlas,
todo lo sentiremos más mágico. Por eso os digo, no me admiréis a mí, yo no soy
nadie; admirad a la Vida, tiene mucho que decirnos. Escuchadla, sintonizad la
frecuencia correcta.
Desarrollar la capacidad de escucha es la forma que tenemos
de aprender a sintonizar la frecuencia correcta. Escuchar a las personas que
nos rodean, escuchar las situaciones buenas y malas que vivimos, escuchar a
nuestros errores, escuchar a los obstáculos que nos encontramos en el camino,
escucharnos a nosotros mismos (a nuestros verdaderos deseos, sueños,
pasiones...), escuchar y escuchar, siempre.
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